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7 feb 2018

AMIGOS CON DERECHOS





Se da el tiempo de los amigos con derechos. Conoces a alguien, tienes sexo en tiempo real. Después, surge la azarosa amistad, con verbos conjugados en tiempo presente, con frases simples de sujeto y predicado. Una amistad sin dramas, sin momentos previsibles, sin celos clavando las uñas en la espalda. En esta clase de relación no existe la propiedad privada, las peleas de tragicomedia. Es como una película sin tiempos muertos. A la vez, sin segundas partes mediocres. 

Justo ahora sucede que Viviana me besa, a manera de despedida. Estamos en el Be Okey Hostel. Este beso me sabe a miel mostaza con papas a la francesa, bajadas con Coca-Cola fría. El viento sopla en el balcón, agitando la cortina de peces azules, grises y rojos. Los pasos de ella ya casi se van a perder entre el ciempiés de los pasos. Mañana será domingo. Ni siquiera contará entre los créditos finales su hermoso nombre: Viviana. Por lo pronto, los dos hacemos parte de un curioso cortometraje que miramos, a la vez que filmamos y actuamos. Una fotografía móvil, una ola que será borrada por otra ola en la arena.