Vistas de página en total

4 may 2011

AGUAS NEGRAS DEL CAPITALISMO


Los niños de hoy toman Coca Cola antes de abrir los ojos. Yo moriré ahogado en sus burbujas. No imploro protección: vivo poseído por sus demonios, particularmente en su formato de 350 ml. Ni siquiera son demonios: son ángeles ebrios de amnesia.

Tampoco se culpe a nadie. No hay sindicalista que no  haya bebido este jarabe para la sed, como quien lanza la primera piedra al cristal del Sun Trust Bank Building de Atlanta. Creo haber visto, con mis ojos que un día van a ser cremados, una fotografía del Che fumando  un Lucky Strike a lo James Dean. No me extrañó descubrir, esta mañana, otra en la que aparece tomando una Coke con pitillo bajo el sol ardiente de La Habana a mediodía.

Vale la pena recordar una anécdota. Cuando los revolucionarios de la Vieja Habana se tomaron la embotelladora, comprobaron con estupor que estaban en poder de un millón de botellas vacías hasta la última gota. Faltaba el ingrediente básico, la fórmula que se encontraba en USA, en una urna secreta, al final de unos escalones de mármol. 


Hoy se sabe que los hombres aguerridos de Fidel hervían de sed, de fatiga, de mil cosas más. Ernesto Guevara de La Serna, en su carácter de Ministro de Industria, se devanó los sesos unas cuantas noches. Sin rasgo de vacilación propuso fabricar un sustituto. El Che murió y en poco tiempo ha de morir Fidel, sin cubana Coca Cola.

¡Por fortuna, nos queda el Cuba Libre!