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10 oct 2011

DIOS CARECE DE DEMONIOS CREATIVOS



Dostoievski dejó dicho a través de un personaje de Iván Karamazov que sin Dios todo es posible. Es irrefutable que por medio de la bendición de Dios se justifica todo. Crímenes, aberraciones, malformaciones. Por fortuna, encerrado en una iglesia resulta mucho más rentable ese maldito, al menos para los hijos del verdinoso demonio impreso en los billetes.

Otros cuentan un cuento algo reforzado sobre dioses vagabundos, que suben montañas, lejos de monasterios. Otros más cuentan azules cuentos sobre dioses nobles y benevolentes, para pagos con tarjeta de crédito en línea. También hay dioses para casos perdidos, para expertos en armas de guerra, para fumadores de marihuana jamaiquina.

Las generaciones futuras, los escolares del mañana se preguntarán qué pasó con los benditos dioses de sus padres. Buscarán nuevos dioses, con todas las respuestas, para disminuir el impacto del azar entre los miembros de su congregación. Sobra repetir con los cabalistas y algebristas que Dios es una cifra imposible, un dispersor caótico. Por lo pronto, los artistas del mundo entero siguen invocando sus legiones de demonios creativos, su sello de agua dulce, su imposible marca de identidad. Aleluya!